miércoles, 28 de enero de 2009

TIEMPO LIBRE (READYMADE ANONIMO)







¿Será posible que los verdaderos artistas estén escondidos, felices, gozando solitariamente de sus creaciones, y de lo que imaginan? Es posible que los verdaderos artistas, sean anónimos artesanos que disfruten de doblar cucharas y tenedores, cuchillos y espátulas de cocina, posiblemente para hacer escorpiones, hormigas o tarántulas, avispas niqueladas, insectos blindados y sencillos, jamás imaginables a la hora del almuerzo.
Imaginé a Duchamp, si, a Marcel, ese que siempre me fascino, o mejor dicho, me extravió en un sin fin de conjeturas equivocadas al tratar de discernir (diría un sabio), su esencia, ese arte que a simple vista no era más que una rueda de bicicleta clavada a un banco de madera (o eso era lo que yo creía). Incluso llegué a pensar que ese no era arte sino una burla, un vil juego diabólico para hacerme creer que Goya era menos, o que Velásquez con tanto genio no había sido tan listo como yo pensaba. (Aquí comienza mi extravío) Fui directamente a la biblioteca donde he visto el más hermoso arte en láminas intactas (…la biblioteca del IGA), encontré a todos en fila, pero quise enajenarme un poco con Miró (no lo entendía, no sabía por qué razón aquello era arte… y me gustaban los colores, era un comienzo, si, y las formas, pero esas explicaciones de críticos y marchantes no las podía traducir a mi lenguaje). Fue leyendo a Andre Breton, ese manifiesto un poco desordenado..., y que una tarde se me prendió el foco, ¡eureka! Era lo primero, ¡era una broma! Marcel Duchamp tenía un sentido del humor profundo y elemental. De pronto vi la cabeza de toro de Picasso hecha con un sillón de bicicleta y un timón encontrados en la basura (jajaja), era increíble que el arte mayor estuviera despojado de erudición, de retórica (de pajas diría nuestro profesor). La rueda de bicicleta y horquilla montada sobre un banco no era más que una carcajada contra el establishment (...lo establecido pues, y también, si quieren, contra el merchandising, o eso que llaman los rockeros devotos: la comercialización. Es difícil de explicar, pero es sencillo al ver como el arte se vuelve elemental, minimalista, tan claro que parece complicado que sea posible.
A propósito de todo esto, hoy por mañana recibí un correo. Lo enviaba una compañera de clase. Ella adjunto fotos de unas suntuosas y mínimas esculturas hechas con puras cucharas, tenedores y cuchillos, que algunos ni les ponemos atención a la hora de la comida, pero, que éste anónimo artesano, herrero, que trabajó para la familia de esta compañera, vio como una posibilidad para crear con ellas algo de belleza. Me recordó a Duchamp, que se paseará por estas líneas algo conmovido. No sabemos el nombre del herrero. No queremos saberlo por ahora, creo que se perdería un poco de la magia por la que perdura El Lazarillo de Tormes, por poner sólo un ejemplo.


Foto adjunta de un Escorpión y una Hormiga, hecho con los materiales antes citados de acero inoxidable.

jueves, 22 de enero de 2009

HABITOS DE LOS ESCRITORES / SIMETRIAS ( I PARTE)


Cuando García Márquez nació, Juan Rulfo ya tendría 11 años, pero con el tiempo habría varias simetrías asombrosas en ellos. Una fue, que los dos nacieron en pueblos igualmente remotos; los dos, al paso del tiempo, se vieron involucrados igualmente en la literatura y finalmente en el cine. Pero, la que más vale para esta nota, es su marcada personalidad y hábitos. Es de todos sabido que tanto el colombiano como el escritor mexicano, por una falta de ortografía arrancaban la hoja de la máquina de escribir y la tiraban al basurero hecha una bola despreciable. Pero este simple hábito, dio de que hablar con el tiempo. El escritor bueno, se conoce más por lo que tira que por lo que publica, diría García Márquez en alguna entrevista, explicándose.
Rulfo, por su parte, y mucho antes que García Márquez, fue animado por sus amigos, uno de ellos, Efrén Hernández, quien lo aconsejo a que ya no siguiera destruyendo sus manuscritos. Así fue como Rulfo logró publicar Un pedazo de Noche, un fragmento de una novela que luego destruyó, y de la que solo sobrevivió lo publicado. Ahora es muy estudiado y quedó como signo, de lo que habría por venir con Pedro Páramo. En Colombia, unos años más tarde, un desgreñado y joven periodista se disponía a viajar a Italia, por la inverosímil enfermedad de un Papa; y mientras limpiaba su cuarto tropezó con unas hojas mecanografiadas, que revisó de prisa y juzgó que no merecían la eternidad… Así que las tiró al tacho de basura. Por suerte, estaba con él un amigo que trabajaba para un periódico, quien al ver aquello, las sacó del basurero y emprendió la lectura quedando asombrado del escrito, que inmediatamente pensó en publicar. García Márquez dijo que no se hacía responsable del título, que era solamente un monólogo de Isabel viendo llover en Macondo, y así quedó. Hoy día es uno de los cuentos más leídos y más hermosos de la literatura latinoamericana, y, a más de eso, es por el cuento que García Márquez ha recibido tantos elogios. Estos dos sucesos, relacionados, son una muestra de la verdadera vocación y una ejemplo real de los niveles que se exigían a si mismos. Luego, en el tiempo que llegó Márquez a México, su amigo y escritor, Álvaro Mutis, le prestó los únicos dos libros que publicaría Juan Rulfo, El llano en llamas y la novela Pedro Páramo.
- Lease esa vaina y aprenda a escribir -le dijo Mutis.
La novela de Rulfo dejó en un estado de encantamiento a García Márquez; se cuenta que podía recitar largos fragmentos de memoria. Finalmente García Márquez y Juan Rulfo se conocieron personalmente por su apasionado afecto al cine.

lunes, 19 de enero de 2009

EL ADIOS DE GEORGE


Sé que los seres humanos y los peces podrán coexistir en paz.

George W. Bush, opinando sobre asuntos exteriores

29-09-00



Así como muchos dirigentes latinoamericanos sueñan con una era que ya ha dejado su saldo de mártires y victimas, así, el presidente George W. Bush, soñó con impulsar a Norteamérica con las antiguas políticas torcidas en una época que ya no correspondía a la guerra, a la tiranía, ni a la mentira, ni al fanatismo.
El mundo lo sabe, y en cualquier lugar se referían a éste presidente como a un despreciable vampiro. Vi muchos dibujos en los que le sobresalían los colmillos y llevaba un aura transilvanica y le brillaban los negros y petroleados ojos satanicos.
Conocí la postura de los estudiantes alemanes, suecos y Franceses y, pude ver como los estudiantes europeos llegaban a odiar a los norteamericanos y en algunos casos los oía ofenderse por el conflicto de Bush en el medio oriente. Una rubia de ojos azules trató de defender la postura de su país y Janek, un alemán de metro noventa, la interrumpió casi gritándole que ya no podían seguir engañando a nadie y que era una gran mentira eso de las armas de destrucción masiva. El grupo de norteamericanos se fue, entre insultos y bromas. Julie, una amiga francesa me dijo que nadie quería a los norteamericanos en Europa desde hacía mucho tiempo. Yo le respondí que en Latinoamérica tampoco se les veía con buenos ojos.
El 43 presidente de los Estados Unidos es hijo del otro George, que también tuvo mucho que ganar en la guerra del golfo Pérsico y los bombardeos a Iraq, en donde también estuvieron de acuerdo muchos países por la liberación de Kuwait. Desde esa guerra la gente en la calle ya sabía que era un misil Patriot, cuales eran los jets F14, y muchos datos sobre la madre de las guerras (Um M'aārak), pero el más importante de todos fue su labor promocional. Luego de esa guerra a ninguno le cabía duda de que Estados Unidos tenía el ejército mayor y mejor armado del mundo, pero también, el más ignorante. Y esto preocupo a mucha gente.
Luego del 11 de septiembre para Estados Unidos ya nada fue igual que antes. Se dieron cuenta que para estar seguros no hacía falta cámaras ni guardias, ni armas, sino irse a vivir a otro planeta y cercarlo de poliuretano. Enfermaron de paranoia, y las victimas fueron los ciudadanos inocentes de una guerra entre poderes y muchos dólares. La crisis no sólo es económica en este país, es moral y es interna. George olvido a las generaciones jóvenes y más de 16 millones de adictos a las drogas heredaran los puestos de trabajo en el futuro sin contar con los alcohólicos, mal preparados, inválidos del alma y cercenados de la conciencia.
Particularmente aplaudo a la sociedad norteamericana por su decisión en el 2008. Obama es de raza negra, brillante, sobrio y con una visión general, herencia de la misma historia de los estadounidenses. Estos últimos días de diciembre leí Luz de Agosto, una novela que describe la muerte gradual de una sociedad racista, ignorante y desafortunada, y se basa en la vida de Christmas, un hombre aparentemente blanco, pero que llevaba en sus venas sangre negra, lo que lo arrastra en busca de la muerte. La novela es de William Faulkner y retrata la historia norteamericana que no nos revelan en Friends o en Seinfeld. La historia verdadera de los Estados Unidos, aún esta por verse, no lo puedo imaginar, luego de un presidente semi analfabeto (según palabras de Michael Moore), ahora ocupara el cargo un brillante estadista, el primer afroamericano, casado con una abogada de Harvard, Michelle LaVaughn Robinson, doctorada tres años antes que el futuro presidente.
El retiro de George será abominable. Imagino que en lo que menos va a pensar es en los muertos, en la conciencia, o en absurdos remordimientos para románticos e idealistas…, me recuerda mucho a los glamorosos dictadores latinoamericanos. El arma de destrucción masiva, como lo ha comprobado la sociedad norteamericana fue la ignorancia y el poder.
In god we trust.

Guatemala 19/01/09
Lester Oliveros R.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...