miércoles, 6 de noviembre de 2013

MUNDO 69



Venimos de las figuras que se formaban en los pisos de la abuela.
Venimos de los periódicos abandonados donde siempre hubo un golpe, un golpe de estado.
Venimos de las rajaduras de la piedra.
Venimos de los crayones de cera.
Venimos de los juguetes que rompimos para saber qué había adentro.
Venimos de los royos de fotos no reveladas.
Venimos de los programas de televisiones en blanco y negro.
Venimos de la mesa con manteles de plástico.
Venimos de las colchas donde se nos enredaba el sueño a las siete en punto.
Venimos de las calles de tierra.
Venimos de la ignominia y el semáforo en rojo.
Venimos de la salida detrás de los jardines.
Venimos del olvido de cientos de padres que no vivieron en Comala.
Venimos de la sangre en la nariz.
Venimos de los cuadernos de ochenta ojos y el lápiz Mongol.
Venimos de la caries y los cepillos de dientes amontonados.
Venimos de los cincos y los trompos y los yoyos.
Venimos de la placenta de nuestra madre sola comiéndose las manos.
Venimos de los cinco centavos, los diez centavos, los veinticinco centavos.
Venimos de las bancas negras de las iglesias blancas.
Venimos del llorar con mocos y volver a reír.
Venimos de lazos que solo se unían a la ropa, no a los cuerpos.
Venimos de la calle.
Venimos del barrio.
Venimos de allá donde los barriletes se nos perdieron.
Venimos de acá.
Venimos de la ausencia de todo y la imaginación de todo, esos milagros.
Venimos del tercer mundo.
Venimos del otro lado del mundo, de este lado, de los cuatro puntos cardinales que se inyectan ahora mismo en este nudo ciego.
Venimos gritando, vamos hablando de lo que queremos.
Venimos del pozo de los ojos humildes de nuestros abuelos curtidos por la sal y el azúcar que jamás negaron.
Venimos de los agujeros en las láminas.
Venimos de las grietas en las puertas.
Venimos de las aulas sin ventanas.
Venimos de los maestros y la regla.
Venimos de muchas formas, de muchos lados,
venimos del mono, venimos del hombre, venimos de Dios, del maíz.
Venimos sobre todo de la luz y la noche a decir tan solo una palabra no dicha antes.

Haber, ensayemos.

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 Fotografía Ana Alvarez Errecalde.

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